18.5.07

Puesta de Sol en el Sahara

Esta foto fue tomada por el equipo del Shuttle cuando este se encontraba sobre Sudan, cerca del Mar Rojo. Sahara es un gran desierto del norte de África que constituye el sector occidental de la gran banda de tierras áridas que se extienden entre el océano Atlántico, al oeste, y el mar Rojo, al este.

Este desierto, el más extenso del mundo, se interna unos 1.610 km en el continente, de norte a sur, y tiene una anchura de este a oeste de 5.150 km. El área total del Sahara supera los 9,1 millones de km cuadrados. Por su situación geográfica las puestas de sol suelen ser espectaculares. De hecho, el Sol es el gran protagonista, a veces demasiado, del desierto.

Los Planetas

La Astrología se basa en la posición de los planetas tal y como los observamos desde la Tierra.

Por este motivo, en Astrología se consideran planetas a los ocho cuerpos conocidos del sistema solar (excluyendo la Tierra) a los que se añaden el Sol y la Luna.

Según la doctrina astrológica, el movimiento de los planetas por los Signos y las Casas producen las diferencias entre unos y otros individuos, es decir, las diferentes Cartas Natales.

El Sol

En Astrología se considera al Sol como el Planeta más importante del horóscopo, de hecho, la posición del Sol en la Carta tiene una profunda influencia en la Personalidad. Rige el signo de Leo y representa la energía yang o masculina. Es la energía que hace posible la existencia. Simboliza la estructura básica del Ser. Representa el movimiento, la voluntad, el poder y el deseo, así como la vitalidad física y mental, y el liderazgo. Las personas con un Sol fuerte saben tomar la iniciativa y gozan de buena salud, aunque pueden ser arrogantes y egoístas.

La Luna

Regente del signo de C¥ncer , la Luna es una de las imágenes femeninas de la Carta Natal. Representa la energía Yin o pasiva en contraposición al Sol, que es Yang o activo. Es nutriente, maternal y acogedora, representando al recipiente en el que pueden crecer las energías engendradas por el Sol. El pasado, la memoria, el hogar familiar y el inconsciente están relacionados con la Luna. Las personas con una Luna fuerte en la carta tienden a ser hogareñas y se preocupan mucho por sus seres queridos. Son seres cambiantes y receptivos, de fuertes emociones y costumbres fijas.

Mercurio

Es el planeta de la comunicación y el mundo mental. Rige la lógica y el razonamiento, así como las percepciones sensoriales. En el cuerpo, actúa sobre el sistema nervioso y el cerebro. Los escritores, traductores y periodistas, así como todos aquellos que se interesan por la mente y el pensamiento lógico están influidos por Mercurio. Se le considera neutro, ni masculino ni femenino. Por su rápido movimiento, se le ha otorgado el dominio de los viajes de corta duración, así como de las comunicaciones, el correo y los medios de transporte. En el ámbito familiar, rige las relaciones con los hermanos. Mercurio gobierna los signos de G¥minis y Virgo.

Venus

Como Mercurio, Venus ejerce su regencia sobre dos signos, Tauro y Libra. Es el planeta del amor y la expresión no verbal de los sentimientos. Las atracciones espontáneas, la armonía y los placeres sensuales están regidos por Venus. La belleza y el placer estético que provoca el Arte son también producto de este planeta. Su acción es suave y armoniosa y se puede afirmar que las personas regidas por este astro son tranquilas, voluptuosas y amantes de los placeres. Sufren en las riñas y evitan los trabajos sucios o aburridos, buscando ocupaciones relacionadas con el arte, el colecionismo o la cocina.

Marte

El regente de Aries es el planeta de la energía pura. En su aspecto positivo es la fuerza que elimina las restricciones y provoca el movimiento. En su aspecto negativo rige la violencia y provoca los accidentes. El planeta de la guerra es, junto a Venus, el regente de la sexualidad. Las personas que tienen gran influencia de Marte pueden decantarse por profesiones relacionadas con el ejército, la policía o la medicina, sobre todo en la especialidad quirúrgica. El deporte o el trabajo manual también son atractivas para estas personas, no en vano, Marte es el regente corporal de los músculos.

Júpiter

Conocido por los antiguos como "el benéfico mayor", Júpiter rige el crecimiento físico y psicológico. Es un planeta expansivo que protege el aprendizaje y los viajes a países lejanos. La filosofía, la religión, los objetivos a largo plazo, así como la fortuna en los juegos de azar están bajo el patronazgo de Júpiter. Las personas regidas por Júpiter pueden decantarse por profesiones relacionadas con la enseñanza, los viajes, la justicia o la adquisición de conocimiento. Son personas que sienten gran interés por conocer otras culturas y por mezclarse con ellas, son optimistas natos y tienen un alto sentido de la ética. Júpiter es el regente de Sagitario.

Saturno

Saturno es quien impone las reglas en el horóscopo. Es el señor del tiempo y el que impone las estructuras. Provoca la maduración y la vejez, así como establece los límites al crecimiento. Su acción es lenta y duradera. Por eso, las personas regidas por este planeta son pacientes, profundos y rigurosos. En su aspecto negativo, estas personas son retrógradas y ambiciosas en extremo. En su aspecto positivo, son personas firmes, veraces y responsables. El terreno de Saturno está en el mundo de la empresa y las finanzas. Rige el signo de Capricornio.

Urano

Urano es el planeta que rompe las estructuras creadas por Saturno. Regente del signo de Acuario, es el que provoca las revoluciones sociales y los movimientos de expansión colectiva de la consciencia. Representa el impulso de libertad y el deseo de ser original. Todo lo nuevo, lo que resulta excentrico, lo que se anticipa a su época cae bajo la regencia de Urano. Su acción es súbita, inesperada y a menudo violenta. Rige las nuevas tecnologías, la electricidad y la comunicación. La persona Uraniana es intelectual, excéntrica, humanista y utópica, así como rebelde, individualista e ingeniosa. Probablemente se le encontrará en algún oficio relacionado con la tecnología o el arte de vanguardia.

Neptuno

El regente del Piscis es el planeta de la mística, la imaginación y los sueños. La soledad, la reclusión y la lejanía, así como el impulso espiritual o escapista son manifestaciones del espíritu neptuniano. Es el planeta de la intuición, de lo sutil y nebuloso, de las capacidades psíquicas, en definitiva, de todo lo que es misterioso, confuso o huidizo. Rige la danza y el teatro, la música, la poesía y el mar. En su aspecto más terrible, Neptuno empuja al sonambulismo, la enfermedad mental o la adicción a las drogas o al alcohol. Su acción es sutil y gradual. Las personas regidas por Neptuno son profundamente emocionales, huidizas, soñadoras, abnegadas y con talento psíquico.

Plutón

Es el planeta de la muerte y la resurreción. Provoca rupturas y desastres, obligando al ser humano a comenzar de nuevo desde cero. El orgasmo, la muerte, lo trascendente y el crimen están bajo su dominio. Es un planeta que provoca transformaciones que no se desean, pero que resultan inevitables Actúa sobre la parte subconsciente de la mente. Rige las masas, la destrucción y la subversión, así como todas las fobias y obsesiones, el aislamiento, el rapto, la coerción y las transmutaciones. Representa generación, regeneración y degeneración. Los regidos por Plutón son personas intensas, que pueden traer lo mejor o lo peor, pero que nunca provocan indiferencia. Plutón es el regente de Escorpio.

LOS CUENTOS DE EVA LUNA ISABEL ALLENDE

9: Librodot Cuentos de Eva Luna Isabel Allende 9 NIÑA PERVERSA A los once años Elena Mejías era todavía una cachorra desnutrida, con la piel sin brillo de los niños solitarios, la boca con algunos huecos por una dentición tardía, el pelo color de ratón y un esqueleto visible que parecía demasiado contundente para su tamaño y amenazaba con salirse en las rodillas y en los codos. Nada en su aspecto delataba sus sueños tórridos ni anunciaba a la criatura apasionada que en verdad era. Pasaba desapercibida entre los muebles ordinarios y los cortinajes desteñidos de la pensión de su madre. Era sólo una gata melancólica jugando entre los geranios empolvados y los grandes helechos del patio o transitando entre el fogón de la cocina y las mesas del comedor con los platos de la cena. Rara vez algún cliente se fijaba en ella y si lo hacía era sólo para ordenarle que rociara con insecticida los nidos de las cucarachas o llenara el tanque del baño, cuando la crujiente carcasa de la bomba se negaba a subir el agua hasta el segundo piso. Su madre, agotada por el calor y el trabajo de la casa, no tenía ánimo para ternuras ni tiempo para observar a su hija, de modo que no supo cuándo Elena empezó a mutarse en un ser diferente. Durante los primeros años de su vida había sido una niña silenciosa y tímida, entretenida siempre en juegos misteriosos, que hablaba sola por los rincones y se chupaba el dedo. Sus salidas eran sólo a la escuela o al mercado, no parecía interesada en el bullicioso rebaño de niños de su edad que jugaban en la calle. La transformación de Elena Mejías coincidió con la llegada de Juan José Bernal, el Ruiseñor, como él mismo se había apodado y como lo anunciaba un afiche que clavó en la pared de su cuarto. Los pensionistas eran en su mayoría estudiantes y empleados de alguna oscura dependencia de la administración pública. Damas y caballeros de orden, como decía su madre, quien se vanagloriaba de no aceptar a cualquiera bajo su techo, sólo personas de mérito, con una ocupación conocida, buenas costumbres, la solvencia suficiente para pagar el mes por adelantado y la disposición para acatar las reglas de la pensión, más parecidas a las de un seminario de curas que a las de un hotel. Una viuda tiene que cuidar su reputación y hacerse respetar, no quiero que mi negocio se convierta en nido de vagabundos y pervertidos, repetía con frecuencia la madre, para que nadie –y mucho menos Elena– pudiera olvidarlo. Una de las tareas de la niña era vigilar a los huéspedes y mantener a su madre informada sobre cualquier detalle sospechoso. Esos trabajos de espía habían acentuado la condición incorpórea de la muchacha, que se esfumaba entre las sombras de los cuartos, existía en silencio y aparecía de súbito, como si acabara de retornar de una dimensión invisible. Madre e hija trabajaban juntas en las múltiples ocupaciones de la pensión, cada una inmersa en su callada rutina, sin necesidad de comunicarse. En realidad se hablaban poco y cuando lo hacían, en el rato libre de la hora de la siesta, era sobre los clientes. A veces Elena intentaba decorar las vidas grises de esos hombres y mujeres transitorios, que pasaban por la casa sin dejar recuerdos, atribuyéndoles algún evento extraordinario, pintándolas de colores con el regalo de algún amor clandestino o alguna tragedia, pero su madre tenía un instinto certero para detectar sus fantasías. Del mismo modo descubría si su hija le ocultaba información. Tenía un implacable sentido práctico y una noción muy clara de cuanto ocurría bajo su techo, sabía con exactitud qué hacía cada cual a toda hora del día o de la noche, cuánta azúcar quedaba en la despensa, para quién sonaba el teléfono o dónde habían quedado las tijeras. Había sido una mujer alegre y hasta bonita, sus toscos vestidos apenas contenían la impaciencia de un cuerpo todavía joven, pero llevaba tantos años ocupada de detalles mezquinos que se le habían ido secando la frescura del espíritu y el gusto por la vida. Sin embargo, cuando llegó Juan José Bernal a solicitar un cuarto de alquiler, todo cambió para ella y también para Elena. La madre, seducida por la modulación pretenciosa del Ruiseñor y la sugerencia de celebridad expuesta en el afiche, contradijo sus propias reglas y lo aceptó en la pensión, a pesar de que él no calzaba para nada con su imagen del cliente ideal. Bernal dijo 9 Librodot