14.5.07

La atmósfera terrestre


La atmósfera es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Aunque tiene un grosor de más de 1.100 km, aproximadamente la mitad de su masa se concentra en los 5,6 km más bajos.

La Tierra es un planeta dotado de una rica atmósfera, a la que debemos el nacimiento y desarrollo de la vida. Interaccionando con la radiación solar, es la base también de todos los procesos meteorológicos que caracterizan nuestro planeta. Vista desde el espacio, la Tierra se presenta como un planeta de un intenso color azul, precisamente en virtud de su capa atmosférica y al hecho de que los dos tercios de su superficie están recubiertos por agua.

A menudo, vastas áreas de su superficie están recubiertas de imponentes sistemas nubosos que se forman por la evaporación de las aguas, gracias a los cuales no se acaba el sistema de circulación atmosférico que caracteriza las diferentes estaciones del año.

Luna, Sol

LUNA
Astro satélite de la Tierra. La palabra luna se utiliza también como sinónimo de satélite y bajo este concepto se alude, por ejemplo, a los propios de otros planetas. La distancia media de la Tierra a la Luna es de 380000 Km. y varía entre 356000 Km. y 407000 Km., puesto que la luna no describe una circunferencia en torno a la Tierra, sino una elipse. Esta es la razón por la cual el tamaño aparente de la Luna en el espacio varía alrededor de un 10%. El periodo de revolución lunar es de 27 días 7 h. 43 min. 11,47 s. (mes sidéreo). De aquí que su movimiento diario medio hacia el E entre las estrellas sea de 13º,176358. Como el movimiento diario medio del Sol hacia el E es, por termino medio, de 0º985609, el de la Luna le supera en 12º1907749 por día. Esta diferencia implica un periodo de 29 días 12 h. 44 min. y 2,78 s. (mes sinódico), intervalo medio entre dos lunas nuevas o llenas sucesivas, en que el satélite pasa por un ciclo completo de fases.

SOL
Hace 4.5 billones de años se formaron el Sol y los planetas de una nube de gas interestelar. Esta nube de gas gradualmente se condensó para formar una "protoestrella," una esfera de gas que resulta más y más caliente a causa de la gravedad que la condensa, hasta que alcanza 18 millones de grados Fahrenheit (10 millones de grados centígrados). Este calor intenso produce reacciones nucleares y causa que el Sol brille. Hay bastante hidrógeno en el núcleo del Sol para darle brillo por unos 5 billones de años adicionales.
El Sol es una esfera gigante de gas, consistiendo principalmente de hidrógeno y helio, los dos elementos químicos más sencillos y más livianos. Estos gases son tan calientes que hacen que el Sol brille. Este brillo no es como un fuego que arde, sino que es una reacción de estos gases al calor y a la presión del Sol que hacen que los átomos se "fusionen." Esta fusión produce energía nuclear.

El Sol consta de una serie de capas. Se denominan como sigue desde el exterior hacia el interior:

La Corona:
La atmósfera externa del Sol. El gas es muy caliente y se dispersa en una capa muy fina, por lo cual, únicamente vemos la Corona durante un eclipse de Sol total, cuando la Luna oculta el perímetro del Sol completamente.

La Cromosfera:
Esta capa bordea la superficie del Sol. Frecuentemente inmensas llamaradas de gases candentes se lanzan a través de la cromosfera, extendiéndose más de 10 millones de millas más allá de la superficie del Sol. Estas llamaradas dispersan partículas eléctricas que pueden afectar las señales transmitidas por la radio y la televisión y pueden producir manifestaciones coloridas que se conocen como la aurora boreal o la aurora austral.

La Fotosfera:
La superficie visible del Sol. Aunque todavía hace mucho calor (cerca de 10,000 grados Fahrenheit) en la fotosfera, no es tan ardiente en comparación a las capas interiores del Sol. De vez en cuando, manchas obscuras y frías con campos magnéticos intensos llamadas manchas solares, aparecen sobre la fotosfera. La gran parte de estas tempestades magnéticas gigantes son mayor en tamaño que nuestra Tierra. El número de manchas solares aumenta y disminuye cada 11 años, aunque los astrónomos no están seguros de por qué esto sucede.

La Zona Convectiva:
El proceso de convección -- el mismo proceso que causa que hierva una olla de caldo -- transporta energía de la zona radiactiva del Sol hacia la fotosfera. Imágenes detalladas de la fotosfera muestran burbujas grandes de gas caliente elevándose desde lo más profundo del Sol.

La Zona Radiactiva:
El transporte de energía del núcleo "radía" hacia el exterior y se realiza a través de esta capa de gases de hidrógeno y de helio hacia la zona convectiva.

El núcleo:
El hidrógeno dentro del núcleo está tan compactamente compreso que los átomos individuales chocan entre sí, formando átomos de helio más pesados y liberando grandes cantidades de energía en el proceso. Sin embargo, esta energía toma miles de años en llegar de la fotosfera hacia el espacio.

Datos generales del Sol
Distancia media de la Tierra 149.6 millones de kilómetros
Diámetro 1.4 millones de kilómetros
Masa 330,000 veces la masa de la Tierra
Valor de la gravedad 28 veces el equivalente a la terrestre.

LOS CUENTOS DE EVA LUNA ISABEL ALLENDE (cinco)

5: Librodot Cuentos de Eva Luna Isabel Allende 5 inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel. –Son palabras, niña. Allí dice que Fulgencio Barba noqueó al Negro Tiznao en el tercer round. Ese día Belisa Crepusculario se enteró que las palabras andan sueltas sin dueño y cualquiera con un poco de maña puede apoderárselas para comerciar con ellas. Consideró su situación y concluyó que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos, eran pocas las ocupaciones que podía desempeñar. Vender palabras le pareció una alternativa decente. A partir de ese momento ejerció esa profesión y nunca le interesó otra. Al principio ofrecía su mercancía sin sospechar que las palabras podían también escribirse fuera de los periódicos. Cuando lo supo calculó las infinitas proyecciones de su negocio, con sus ahorros le pagó veinte pesos a un cura para que le enseñara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se compró un diccionario. Lo revisó desde la A hasta la Z y luego lo lanzó al mar, porque no era su intención estafar a los clientes con palabras envasadas. Varios años después, en una mañana de agosto, se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza, sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensión desde hacía diecisiete años. Era día de mercado y había mucho bullicio a su alrededor. Se escucharon de pronto galopes y gritos, ella levantó los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpió en el lugar. Se trataba de los hombres del Coronel, que venían al mando del Mulato, un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe. Ambos, el Coronel y el Mulato, habían pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad. Los guerreros entraron al pueblo como un rebaño en estampida, envueltos en ruido, bañados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracán. Salieron volando las gallinas, dispararon a perderse los perros, corrieron las mujeres con sus hijos y no quedó en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario, quien no había visto jamás al Mulato y por lo mismo le extrañó que se dirigiera a ella. –A ti te busco –le gritó señalándola con su látigo enrollado y antes que terminara de decirlo, dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero, la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato. Emprendieron galope en dirección a las colinas. Horas más tarde, cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazón convertido en arena por las sacudidas del caballo, sintió que se detenían y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra. Intentó ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad, pero le fallaron las fuerzas y se desplomó con un suspiro, hundiéndose en un sueño ofuscado. Despertó varias horas después con el murmullo de la noche en el campo, pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos, porque al abrir los ojos se encontró ante la mirada impaciente del Mulato, arrodillado a su lado. –Por fin despiertas, mujer –dijo alcanzándole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con pólvora y acabara de recuperar la vida. Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y él le explicó que el Coronel necesitaba sus servicios. Le permitió mojarse la cara y enseguida la llevó a un extremo del campamento, donde el hombre más temido del país reposaba en una hamaca colgada entre dos árboles. Ella no pudo verle el rostro, porque tenía encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos años viviendo como un bandido, pero imaginó que debía ser de expresión perdularia si su gigantesco ayudante se dirigía a él con tanta humildad. Le sorprendió su voz, suave y bien modulada como la de un profesor. –¿Eres la que vende palabras? –preguntó. –Para servirte –balbuceó ella oteando en la penumbra para verlo mejor. El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el 5 Librodot