15.5.07

Pegaso, el Caballo Volador

El deseo más grande de Belerofonte era montar a Pegaso, el magnífico caballo con alas. Él pensaba que nunca podría acercarse a Pegaso y mucho menos domarlo y montarlo. Una noche, la diosa Atena se le apareció en un sueño. "Aquello que el hombre jura que no puede ser realizado, no debe ser esperado. El poder en alto lo pondrá en sus manos con facilidad."

Al despertar, Belerofonte encontró a sus pies un freno de caballo, hecho de oro. Fue al prado preferido de Pegaso y encontró a ese maravilloso caballo. Pegaso se acercó a Belerofonte trotando y permitió que lo montara sin resistirse.

El caballo y el jinete formaban un apareja perfecta y vivieron muchas emocionantes y exitosas aventuras juntos. Desafortunadamente para Belerofonte, él estaba empeñado en convertirse en un dios. Un día, saltó sobre Pegaso y lo incitó a subir al Olimpo, el hogar de los dioses. Sin embargo, Pegaso era más prudente y por vez primera no quiso obedecer. Arrojó a su jinete al suelo y se hecho a volar. Belerofonte, cuya ambición había crecido demasiado, tuvo que andar a pie sin rumbo por el resto de su vida, evitando el contacto con la gente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Holita Las famosas mitologías hipnotizan a los niños y adultos besillos hombre :>

Pedro dijo...

Me encanta a mitología, aunque mucha de ella simplemente habla d ela necesidad de ser humilde y no desefiar a los dioses, a nuestro destino. No podría estar más en desacuerdo.

Un saludo,

Pedro.